Una piel hidratada luce joven, radiante y saludable. La deshidratación, por otro lado, puede hacer que la piel luzca opaca, cansada y propensa a las arrugas. Aquí tienes 10 consejos sencillos para mantener una hidratación óptima:
Bebe suficiente agua al día: al menos 1,5-2 litros.
Usa un limpiador suave: evita los jabones agresivos que eliminan los aceites naturales.
Aplica una crema hidratante: busca ingredientes como ácido hialurónico, glicerina y ceramidas.
No te saltes el protector solar: los rayos UV deshidratan y dañan la barrera cutánea.
Incorpora sérums hidratantes: los sérums de ácido hialurónico son excelentes para todo tipo de piel.
Evita las duchas largas y calientes: eliminan los aceites naturales de la piel.
Usa un humidificador en casa, especialmente en climas secos o durante el invierno.
Consume alimentos ricos en agua: frutas y verduras como pepino, sandía y naranjas.
Reduce el consumo de alcohol y cafeína: ambos contribuyen a la deshidratación.
Protege tu barrera cutánea: evita la exfoliación excesiva y los tratamientos agresivos.
La constancia es clave. Con estos hábitos, tu piel se mantendrá tersa, radiante y bien nutrida.